Mecanismos de transmisión

           El movimiento de seres humanos, huéspedes animales y especies dentro de los ecosistemas pueden propiciar alteraciones en la transmisión de algunas enfermedades emergentes como son:
          - Infecciones transmitidas por mosquitos (dengue, paludismo).
          - Infecciones relacionadas a ingesta de alimentos (bacterias coliformes, cólera o campilobacteriosis).
          - Infecciones transmitidas por contaminación del agua (cólera, criptosporidiosis).
          - Infecciones transmitidas por garrapatas (incluyen las causadas por bacterias como la enfermedad de Lyme, la tularemia o la fiebre recurrente, las causadas por rickettsias como la fiebre de las montañas rocallosas o la erhlichiosis), los virus como la fiebre por garrapatas de Colorado o los protozoarios como la babesiosis.
          - Infecciones transmitidas por moluscos (esquistosomiasis).
          - Infecciones por picadura de insectos hematófagos (leishmaniasis, bartonelosis).
          - La resistencia a los antibióticos se ha convertido en un problema global de salud pública, debido en parte a su uso indiscriminado. La OMS reconoce que las cepas fármaco-resistentes tienen impacto muy significativo en el control de la tuberculosis, el paludismo, el cólera, la diarrea y las neumonías. Muchos antibióticos se utilizan para tratar infecciones contra las cuales no están indicados, se administran a dosis inadecuadas y durante un período de tiempo incorrecto.
          Algunos factores que contribuyen al desarrollo de la resistencia a los antibióticos son:
          - Medidas inadecuadas para el control de infecciones hospitalarias. Se calcula que más de 50% de las prescripciones médicas de antibióticos en los hospitales, se ordenan sin pruebas claras de infección o sin una indicación médica adecuada.
          - La severidad de las enfermedades y el manejo de pacientes en las unidades de cuidados intensivos.
          - El uso de antibióticos en agricultura y acuacultura ocasiona la presencia de residuos de antibióticos en la carne de los animales y la selección de bacterias resistentes en los intestinos de los animales de consumo humano. Esto lleva a una exposición directa de los consumidores a estos fármacos. Además, se pueden encontrar gérmenes resistentes en los alimentos de origen vegetal cuando se irrigan con aguas residuales o cuando se aplican antibióticos a los cultivos.
          - El uso de elementos para limpieza casera, ha incrementado de modo notorio en los últimos años. Las sustancias antibacterianas añadidas a estos elementos son semejantes a los antibióticos en su acción y pueden favorecer la resistencia en ciertas cepas.
      Sin embargo, fallos en la planificación, ejecución y controles respectivos de los programas de vacunación han permitido que varias patologías hayan re-emergido en varias áreas geográficas del mundo. Tal fue el caso de la difteria en Rusia en 1990 o la re-emergencia del sarampión y la fiebre amarilla entre los años 2003 y 2004 en Venezuela. Actualmente, se intenta el uso de resinas de ámbar como estabilizantes y vehículo en las vacunas para obviar las fallas debidas a los errores en la cadena de frío.